Si en alguna ocasión de su vida, ha consultado el pronóstico del tiempo para tomar una decisión con respecto a las actividades a desarrollar, o incluso, determinar que tipo de ropa usar; seguramente se habrá encontrado con el descontento de comprobar que finalmente, pronóstico y tiempo climático real son dos cosas diferentes, y generalmente, nos llega la que menos esperábamos, esta misma situación es aplicable a lo que sucede con nuestros proyectos y metas, los cuales se desdibujan en la niebla de la imposibilidad y se nos antojan casi irrealizables.
En efecto, como usted, yo también dudo del pronóstico del tiempo. No obstante, hace un tiempo escuché en un programa de televisión a un meteorólogo experto hablando de cómo se pronostica el tiempo, y como invariablemente, los pronósticos fallan – ¡ya lo sabíamos!, por otra parte, los meteorólogos son bastante buenos en pronosticar el tiempo en el largo plazo y son tan buenos en ello que nos advirtieron del efecto invernadero y el cambio climático que ahora vivimos, con todo, no son tan buenos pronosticando en el corto plazo, ya que en un corto período, tendremos todo tipo de clima. Entonces pensé en cómo permanentemente mis proyectos de vida, los cuales había planeado de manera bastante soleada, se habían enfrentado a días de lluvia y en ocasiones de intensa tormenta, y a pesar de ello, en diferentes ocasiones, fui capaz de lograr mis metas en el largo plazo y comprendí que la vida no siempre es una primavera, se necesita de las demás estaciones para que al final haya flores; esas flores, las metas que nos hemos propuesto y que a pesar de los tropiezos que se presentan, al final con perseverancia se logran, aunque en muchas ocasiones sentí desfallecer tanto como usted lo habrá experimentado en su propia experiencia, lo relevante es romper con la costumbre, la costumbre a menudo nos hace vivir en una jaula, aún sabiendo que la puerta está abierta.
La dificultad de las metas y logros que nos fijamos los seres humanos reside en que cumplirlos nos exige el pasar por diferentes estaciones, algunas de ellas, muy frías o cálidas, muy secas o muy húmedas para nuestro propio gusto; y eso precisamente, en ocasiones, más de las que quisiéramos, nos lleva a abandonar prontamente nuestros emprendimientos personales. Un proyecto de cualquier tipo, y especialmente un proyecto de vida, cimenta en el largo plazo sus logros, exigiendo acciones diarias; muchas de ellas reactivas y no planeadas para corregir el rumbo, por consiguiente, ¡manténgase firme en sus metas y sea flexible en la aproximación!
En el artículo publicado por Harvard Business Review y escrito por Nadim F. Matta y Ronald Ashkenas, titulado “Por qué los buenos proyectos fallan de todas formas”, los autores ponen en evidencia la misma situación que vivimos en los proyectos personales; alcanzar metas incluso las personales, demanda de cada uno de nosotros la capacidad de entender que los grandes logros toman tiempo y que están constituidos de pequeños pasos hacia ellos, lo que algunos autores denominan victorias tempranas.
Así que no se concentre únicamente en el objetivo final, pues lo verá lejos, borroso e inalcanzable, concéntrese en los pequeños triunfos que lo conforman y que obtendrá por el camino, los mismos que le recordaran que usted es capaz de lograr lo que se ha propuesto y que le llenaran de alegría y endorfinas para seguir adelante. Recuerde que la mejor manera de llegar a la azotea de un edificio es escalón por escalón.
Soñar es el primer paso para el logro de cualquier objetivo que nos propongamos, todos soñamos con aquello que queremos obtener, con lo que quisiéramos hacer y dejar de hacer, con lo diferente que sería nuestra vida. ¿Cómo podemos lograr que nuestros sueños florezcan en la vida real?, a continuación, le propongo un plan de cinco pasos para hacer que las cosas pasen, para que los sueños dejen de serlo y se conviertan en objetivos, objetivos que alcanzará y le demostraran que usted es capaz de lograr todo aquello que se propone, siempre y cuando, esté decidido a trabajar en su aproximación a la meta; recuerde, los genios y hadas madrinas solo están en los cuentos para niños y los ascensores a larga, vuelven al primer piso.
- Motívese: si, lo leyó bien, creer que la motivación es un regalo que alguien está en capacidad de darnos, es simplemente un tranquilizante que nos tomamos para justificar el no iniciar; en cuantas ocasiones usted ha escuchado o dicho: “es que no me motiva”. La motivación es intrínseca, nace de cada uno de nosotros y la mejor forma de entenderla es descomponiendo la palabra en dos que la conforman, motivo y acción, estar motivado es tener un motivo para pasar a la acción. Empiece por definir una meta y entender cuál es la motivación para generar el cambio. La motivación generalmente estará ligada a una emoción, no a una razón. Pregúntese, ¿Cuáles son los objetivos laborales y personales que quiere alcanzar?, ¿Qué no ha pasado aún en su vida, que quiere que pase?, escríbalo en positivo y póngale fecha.
- Prepárese: establezca un plan para lograr la meta. Defina cuales serán los escalones que paso a paso, le permitirán alcanzar el sueño. ¡Escríbalo y revíselo permanentemente!; ¿Cómo alcanzará sus metas, cuáles son sus fortalezas?
- Esfuércese: se le atribuye a Albert Einstein la frase: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, la voluntad”, todos nuestros logros nacen cuando nos atrevemos a iniciar, así que inicie de inmediato, de el primer paso contemplado en su plan, mantenga lo que funciona y revise lo que no funciona y mejórelo, ¡Logre lo que se propuso, a pesar de las barreras!
- Persevere: en el camino, se encontrará obstáculos y tropiezos, algunos de ellos, serán sus propias creencias limitantes, aprenda a manejarlas y mantenga su objetivo en mente. Cree nuevos hábitos y logre triunfos tempranos. Trabaje para cambiar sus creencias y no pare.
- Manténgase: ahora que lo logró, no caiga presa del éxito, el invierno siempre vuelve a pesar del verano sofocante. Planee de nuevo, mejore su plan y manténgase en el camino.
Si aún su plan y los pasos propuestos, le suenan lejanos, apóyese en alguien que le acompañe en el camino y le evite desfallecer; los coach, somos compañeros de camino, que no damos consejos, pero si, ayudamos a definir de manera más clara los objetivos y la forma de alcanzarlos, aún cuando sus marcos de referencia insistan en decirle que es imposible.
Hoy es un buen día para empezar a soñar, ¡de el primer paso y siga caminando sin parar! Sin duda, sus días de lluvia se transformarán en abundantes y brillantes flores.
Leonardo Gutiérrez Giraldo
Speaker, Trainer, Máster Coach, Máster en PNL – IANLP
Consultor Internacional certificado por la Universidad
del Rosario y BVQI
Dinámica Consultoría Empresarial
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