¡Lo que crees, creas!

En los negocios, cada día el empresario enfrenta retos de diversa índole, algunos que incluso parecen imposibles de acometer y para los que no está lo suficientemente preparado en su mente, Henry Ford tenía una frase de cabecera que con frecuencia recuerdo a los asistentes a mis conferencias: “Si crees que puedes o si crees que no puedes, en ambos casos estás en lo cierto”; esta sentencia nos hace repensar los resultados que obtenemos en todas nuestras actividades, pues, los resultados dependen de una sola cosa, lo que creemos y la capacidad que tenemos de transmitir estas creencias a nuestros colaboradores. Ser un empresario de éxito, depende en gran parte de su capacidad de creer que es capaz de lograrlo.

Hace apenas unas décadas, los más eruditos científicos e investigadores estaban convencidos de la limitación en el uso del potencial de nuestro cerebro, la incapacidad de reponer las neuronas perdidas en el cerebro adulto y la predeterminación biológica de nuestra inteligencia, y por tanto, de nuestras capacidades para desempeñarnos en el mundo y ser exitosos. En los últimos veinte años, esto cambió radicalmente, y estamos apenas, empezando a comprender verdaderamente como funciona nuestro cerebro y cuál es su verdadera incidencia en nuestras vidas, dejando claro algo que retará sus propias creencias, “no existen personas más o menos inteligentes, sino, mejor programadas”.  A través de diferentes investigaciones hoy tenemos claro que la inteligencia no se compone sólo de la capacidad cognitiva y mejor aún que no es un estándar estático, sino que puede ser mejorado a través del entrenamiento consciente.

Los investigadores estadounidenses Matthew Owen Howard y Eric Garland, han logrado probar a través de su investigación en el campo de la neuroplasticidad, que efectivamente nuestro cerebro, la estructura más compleja conocida hasta hora, está en permanente formación y reestructuración, contrario a lo que antes se creía. La buena noticia, es que podemos programar y reprogramar nuestro cerebro, eliminando instrucciones erradas o incorporando nuevas líneas de acción que generen en nosotros mejores conductas y por tanto, mejores resultados. El simple hecho de saber y entender esto, nos permite ser conscientes de la necesidad de retar el paradigma reinante – en la PNL esto es conocido como el mapa mental – que nos impone una manera estricta de pensar y actuar, para iniciar un maravilloso proceso de cambio y autoconstrucción de nuestros comportamientos y por tanto, de nuestra vida futura.

El reto está pues, en ser conscientes de cómo afectamos positiva y negativamente la plasticidad de nuestro cerebro; una de las herramientas que usamos de manera inconsciente, y podemos usar de manera consciente para esto es el lenguaje, entendiendo este como un creador de la realidad en la cual vivimos.  El lenguaje y los pensamientos que tenemos a diario, determinan en qué creemos, y especialmente, de qué nos creemos capaces. A través del lenguaje creamos y reforzamos las creencias, que son afirmaciones personales que cada uno de nosotros considera como ciertas, y por lo tanto, se hace innecesaria cualquier validación puesto que para nosotros son irrefutables. Las creencias generan entonces en los seres humanos las posibilidades y también los limites, con respecto a todo lo que les rodea, les dicen hasta dónde pueden llegar e incluso les hacen emitir juicios con respecto a lo que es adecuado y lo que no lo es; el grave inconveniente es que estas creencias generalmente son adquiridas y validadas de forma inconsciente, generando en nosotros comportamientos repetitivos con los mismos resultados como consecuencia; mientras no cuestionemos nuestras creencias a través de nuestro lenguaje, seguiremos teniendo los mismos límites y evitaremos de forma inconsciente nuevas posibilidades en nuestras vidas.

Algunas de estas creencias limitantes son frases que desprevenidamente repetimos a diario como parte intrascendente de nuestras conversaciones, que para nuestro cerebro en realidad son instrucciones, cuantas veces al día usted dice o piensa… esto va a estar difícil; en este país las cosas son muy complejas; voy a participar, pero, eso ya está asignado; etc. o peor aún hacen parte de nuestro acervo cultural como los dichos y refranes, árbol que nace torcido…, a caballo regalado…, a buen entendedor…, si los completó la programación está instalada y usted actúa inconscientemente según estos preceptos.

Los pensamientos y las palabras moldean nuestras acciones, pues a partir de nuestros pensamientos y la forma en la que hablamos estamos construyendo nuestras creencias y contribuimos a crear las de los demás. Pareciera que una simple palabra no puede hacer mucho, no obstante, la realidad es otra. Piense en dos palabras que con frecuencia utiliza en su vida diaria, creer y crear; la primera es la capacidad de dar por cierto algo que no está demostrado, la segunda es producir algo de la nada; aunque no encontremos inicialmente, una relación entre estos dos términos, haciendo un pequeño ejercicio, encontraremos una poderosa conexión que determina lo que sucede con nuestras vidas.

Recordará que en los primeros años de escuela aprendimos a conjugar los verbos en las diferentes personas, una de ellas la primera persona del singular, yo. Cuando conjugamos creer y crear en primera persona del singular, nos encontramos con algo sorprendente, usted ya lo intuyó… ¡yo creo!, la conclusión es, ¡lo que crees, creas!

Para empezar a generar el cambio en su vida y en su ADN del éxito, tenga presente las siguientes recomendaciones:

  1. No hay fracaso, tan sólo aprendizaje.
  2. Si quiere emprender, actúe.
  3. Tenemos todos  los recursos que necesitamos o podemos crearlos.
  4. Todo comportamiento tiene un propósito.
  5. Tener alguna opción, es mejor que no tener ninguna.
  6. Lo está haciendo lo mejor posible y puede hacerlo aún mejor.
  7. Creamos nuestra propia realidad.

Le propongo repetir de manera constante la siguiente frase como parte de su mejoramiento personal, “Es posible, yo puedo y me lo merezco”.  Igualmente, puede generar un lenguaje empoderante para sus colaboradores que seguramente se verá revertido en mejores resultados empresariales, estos son algunos ejemplos:

  1. Cambie los llamados de atención por frases que alienten y den confianza como “has mejorado en…”, “has hecho un buen trabajo”, “esto que hiciste, no está bien hecho, tu puedes hacerlo mejor”.
  2. Genere metas retadoras para sus colaboradores con frases como “Estoy seguro que lo conseguiras”, “Cuentas con las competencias necesarias para desarrollar esta tarea”.
  3. Siempre recuerde que lo que se pide con cortesía se hace con mayor disposición, siempre tenga a mano un “por favor” y un “gracias”.

Los resultados que ha obtenido y los que va a lograr a futuro en su vida, dependerán de una sola cosa, usted crea la realidad a partir de lo que cree. Lo que piensa de usted mismo, llega a ser verdad para usted y luego para los demás, por lo tanto, todos somos responsables en un ciento por ciento de todo lo que nos sucede en la vida… lo mejor y lo peor;  cada cosa que pensamos está creando nuestro futuro. Si sus logros hasta ahora no son lo que esperaba, si insiste en buscar el éxito haciendo siempre lo mismo, lo primero que deberá preguntarse es en que cree y cuáles son los límites que estas creencias están poniendo a todo su potencial -creencias limitantes-, y cómo puede vencerlas para crear la realidad que usted desea; adelante, de el primer paso… ¿yo creo lo que creo y usted, en que cree?

 

Leonardo Gutiérrez Giraldo
Speaker, Trainer, Máster Coach, Máster en PNL – IANLP
Consultor Internacional certificado por la Universidad
del Rosario y BVQI
Dinámica Consultoría Empresarial
leonardo@dinamicace.com 
@leogcoach

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