Resiliencia, reencuadre y buen humor

Por: Leonardo Gutiérrez Giraldo – Coach y consultor internacional

Poco a poco y casi sin darnos cuenta, los espacios que habíamos reclamado como nuestros, dejaron de serlo y los animales silvestres en muchos casos volvieron a donde no se atrevían por el bullicio de la especie “dominante”; las reuniones urgentes fueron reemplazadas por reuniones añoradas, donde los abrazos y el compartir quedaron relegados por la famosa pero no agraciada “distancia social”; ciertamente, la naturaleza nos ha puesto a prueba como especie, demostrándonos que no somos tan grandes y poderosos como erradamente hemos creído; tenía razón mi abuela, “no hay enemigo pequeño”.

A pesar de todo, lo que pareciera ser la mayor tragedia que hemos enfrentado las generaciones actuales, ha sacado lo mejor de muchos; cada vez es más común escuchar los anuncios de personas que apoyan y ayudan a otras en medio de la crisis, llevándonos a todos a reencontrarnos y ponernos a prueba desde lo más profundo de nuestra fortaleza. Para nuestra fortuna, la naturaleza nos ha dotado de mecanismos que nos ayudan a paliar esta situación, aquí les contaré de tres que son de gran ayuda.

La primera, El humor, es una emoción secundaria y una habilidad exclusiva de los humanos – ya decía Aristóteles que el hombre es el único animal que ríe – que hace parte de una emoción primaria denominada alegría y que cuando se activa, genera una emoción terciaria denominada distensión; en pocas palabras, a los humanos nos encanta el humor porque nos distensiona y nos permite estar alegres, el humor en todas sus expresiones nos permite obtener placer de los acontecimientos penosos. Como método de interacción social, nos permite banalizar lo complejo y, en este caso, lidiar con el infortunio como si fuera algo sencillo, se activa pues el humor como un mecanismo de defensa; de ahí que las redes estén colapsadas a punta de memes y videos que buscan reírse de la pandemia por encima de la importante prevención. Incluso en medio de la tristeza, nos gusta reírnos, por eso los griegos utilizaron la máscara que llora y la que ríe como símbolo del teatro, la tragedia y la comedia van siempre unidas, ¿cuantas veces hemos reído hasta llorar? Para mejorar o mantener su buen humor, revise constantemente sus pensamientos y palabras procurando que siempre sean positivas; desarrolle actividades que le generen bienestar y placer, mejor si lo hace en compañía; trabaje su atención focal concentrándose en el lado iluminado y agradable de la vida.

La segunda herramienta es el reencuadre, desarrollada por la Programación Neurolingüística – PNL, que permite cambiar el punto de vista que tenemos de una situación en particular y desde el cual la analizamos, así lo que antes parecía imposible, con un nuevo enfoque se hace posible. En el caso particular que estamos afrontando, podemos ver todo desde la perspectiva de lo negativo y la imposibilidad o empezar a encontrar nuevos puntos de vista desde la búsqueda de oportunidades, efectivamente, los nuevos espacios de interacción han permitido compartir más tiempo en familia, retomar proyectos aplazados, aprender a usar herramientas antes desconocidas, leer libros nunca iniciados y para muchos, replantearse la forma en que trabajaban. Para un reencuadre eficaz cambie la pregunta ¿Por qué nos está pasando esto? con preguntas como ¿Para qué nos está pasando esto? y ¿Qué puedo aprender de esta situación? Seguramente encontrará mejores respuestas con estas preguntas.

La tercera herramienta es tal vez, la más importante de las tres, ya que nos llena de esperanza, nos ayuda a aprender de la adversidad y nos permite emerger fortalecidos, se llama Resiliencia y es un constructo tan nuevo, que aún los investigadores se esfuerzan en definirla de manera adecuada. Aunque se atribuye mayormente como una cualidad humana, algunos investigadores la han propuesto en otros mamíferos superiores. La resiliencia es, de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología, “el proceso de adaptarse bien a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o incluso ante fuentes significativas de estrés”, podríamos definir la resiliencia como la capacidad para sobreponernos a períodos de dolor emocional y situaciones adversas, logrando salir fortalecidos a partir del aprendizaje generado por dichas situaciones, también tiene mucho que ver con la flexibilidad.

Estos son algunas acciones para maximizar la resiliencia:

  • Crear y mantener redes de apoyo, aunque en estos momentos sean virtuales; siempre nos dará fortaleza el saber que tenemos a alguien en quien apoyarnos;
  • No hay obstáculos infranqueables, todo es cuestión de reencuadrar y ajustar el camino;
  • Aceptar que el cambio es la única constante en nuestras vidas, entre más busquemos mantener lo habitual, más difícil nos será sobreponernos;
  • Practicar la gratitud y la generosidad, porque dando también se recibe;
  • Algunos investigadores proponen que la resiliencia tiene que ver con los niveles de testosterona y por ese motivo, hay menos hombres que mujeres deprimidas; por si acaso, haga ejercicio que contribuye a incrementar los niveles de testosterona, también porque su ropa se lo agradecerá al momento de terminar la cuarentena, y finalmente;
  • Confíe en usted, ya antes ha afrontado situaciones difíciles y aquí sigue, recuerde que para hacer un buen vino, las uvas deben ser aplastadas.

¡Al final, pasado un período adecuado, veremos las cosas de otro modo (reencuadre) y nos reímos de ellas (humor) haciéndonos más resilientes!

¿Y tu que puedes aprender de esta etapa de tu vida?

 

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Leonardo Gutiérrez Giraldo
Speaker, Trainer, Máster Coach, Máster en PNL – IANLP
Consultor Internacional certificado por la Universidad
del Rosario y BVQI
Dinámica Consultoría Empresarial
leonardo@dinamicace.com 
@leogcoach

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